La evolución nos ha codificado en qué situaciones nos sentimos cómodos y en cuáles debemos estar alerta. Nuestro cerebro tiene codificado que nos sentimos cómodos en conversaciones 1 a 1 o con un grupo reducido de amigos y esto es debido a que evolutivamente venimos de los monos que vivían en los árboles en grupos reducidos y que siempre estaban cerca. A la que salimos de este círculo cercano y reducido el cerebro activa el miedo para protegernos.
¿Entonces qué podemos hacer? Hay que romper a toda costa la fuente de la profecía para evitar que se cumpla. ¿Y como lo hacemos? La mejor forma es enseñarle a nuestro cerebro que el miedo es irracional para que no lo active en el futuro y mostrarle que no hay motivo para reaccionar así al subirnos a un escenario.
En mis seminarios he visto muchos casos de personas con miedo a hablar en público pero tengo muy buenas noticias: la mayoría lo superan en un solo día!! Este miércoles pasado, al inicio del seminario que di en la ZAL del Puerto de Barcelona, Carmen tuvo el valor de admitir que tenía mucho miedo de hablar en público y ese fue el punto de partida ideal para que se hiciera magia y el miedo desapareciera (o se redujera considerablemente). Durante el seminario Carmen tuvo la oportunidad de enfrentarse a su miedo; salió a hablar en varias ocasiones y los otros participantes le aplaudieron porqué lo hizo bien. Así Carmen empezó a poner registros positivos en su mente y grabó en su cabeza que no hay motivos para tener miedo.
Ahora la mente de Carmen, cuando tenga que salir a hacer una presentación ante clientes o ante un grupo de colegas, no activará el miedo irracional sinó que tendrá implantados registros positivos de esa experiencia y recordará a personas aplaudiéndole y riéndose con sus historias. Carmen no tenía miedo de hablar en público sino que tenía miedo de quedarse en blanco o hacer el ridículo. Pero ahora que ha tenido experiencias positivas ya puede olvidarse de sus miedos y centrarse en sus fortalezas.