Todos debemos aprender, y la mejor forma de hacerlo es intentarlo y equivocarse. Hay que subir a la bici y hay que caerse varias veces antes de aprender a mantener el equilibrio. El proceso de aprendizaje de habilidades siempre es así: prueba y error hasta que el cerebro aprende cómo hacerlo bien. Y hablar en público es una habilidad que requiere ser ejercitada para mejorar. Es muy instructivo ver cómo Steve Jobs, en un discurso de sus inicios (ver vídeo más abajo), arranca de una forma poco deseable.
La lección que nos enseña Steve Jobs es que nadie nace enseñado y que todos podemos ser grandes presentadores si dedicamos esfuerzos a lograrlo. Práctica, práctica y práctica, ese es el secreto del éxito.