«Si nos expresáramos de forma distinta, se abriría un mundo de oportunidades a nuestro alrededor»
En la década de 1960 e inicios de los 70 había un grupo de terapeutas que realizaban magia con sus pacientes porque lograban curarlos cuando otros habían fracasado. ¿Qué estaban haciendo estos terapeutas magos: Virginia Satir, Fritz Perls, Milton Erickson?
Dos estudientes de la Universidad de California, Richard Bandler y John Grinder, decidieron averiguarlo y fueron a las consultas de los famosos terapeutas a ver si lograban entender qué estaba pasando. Bandler y Grinder descubrieron que detrás de estas terápias había una metodología desconocida incluso por los propios terapeutas y que se basaba en utilizar las palabras de una forma especial. La magia de los terapeutas era en realidad la magia de las palabras.
Bandler y Grinder en 1975 publicaron el libro «La Estructura de la Magia I: Un libro sobre el lenguaje y terapia». y con el tiempo acuñaron un conjunto de técnicas que ahora son conocidas bajo las siglas PNL (Programación Neuro-Lingüística). La PNL junto con el análisis del lenguaje que realizó Noam Chomsky, y que se denomina, gramática transformacional, nos dan las claves sobre la importancia de nuestra forma de expresarnos.
Nuestra forma de hablar condiciona enormemente los resultados que obtenemos en nuestras interacciones con los demás. Nuestras palabras incluso condicionan nuestra forma de ver el mundo y la forma cómo nos sentimos
. El campo de la PNL y del lenguaje transformacional es muy amplio, y quiero poner el foco en algunas expresiones que utilizamos de forma habitual.
Estas expresiones las llamamos ‘distorsiones cognitivas’ porque condicionan nuestra forma de entender la realidad y son consecuencia directa de nuestra forma de expresarnos. Si nos expresáramos de otra forma, veríamos el mundo de forma distinta y se abrirían nuevas oportunidades a nuestro alrededor
. A continuación se exponen las distorsiones cognitivas más relevantes en las que se explicita el lenguaje que usamos (sea pensado o verbalizado) en una situación determinada:1. Generalización
A través de un hecho aislado estableces una regla general
Situación: Un compañero te hace un comentario desagradable
Lenguaje: Le caigo mal a todo el mundo.
Clave: Todo, ningún, nunca, siempre2. Filtraje
Percibes sólo los hechos negativos de una situación
Situación: La cena ha ido bien aunque un invitado ha dicho que prefería la ensalada sin vinagre
Lenguaje: La cena ha sido un desastre
Clave: Lenguaje negativo sin especificar3. Telepatía
Suponer, sin ninguna evidencia, que los otros te critican o no les caes bien
Situación: Llegas tarde al trabajo y al entrar los compañeros te saludan
Lenguaje: Todos piensan que soy un irresponsable y un aprovechado4. El adivino
Presuponer que las cosas saldrán mal y actuar en consecuencia
Situación: El jefe te manda un email y te dice que el proyecto lo gestionará otro
Lenguaje: No merece la pena hablar con él, seguro que no me hace ni caso5. Etiquetas
Definir de forma simplificada, negativa y global a una persona (o a una mismo)
Situación: Se te cae un vaso
Lenguaje: Soy un desastre!
Clave: Soy, eres6. El deber
Imponer a los demás o a uno mismo obligaciones sin un motivo claro
Lenguaje: Tendrías que hablar menos -o- Debería controlarme más
Clave: Tengo, debo
Es importante detectar el uso de estas distorsiones cognitivas para poder cuestionarlas y sustituirlas por un lenguaje más preciso y más representativo de la realidad. El lenguaje que utilizamos es muy poderoso porque nuestra realidad se conforma en función de aquello que decimos y pensamos.
De hecho, nuestros pensamientos para que tomen forma deben articularse en forma de lenguaje con estructuras gramaticales porque sino se quedan en la categoría de sensaciones. Aquello que piensas y aquello que dices acaban creando la realidad a tu alrededor (tu realidad). Mide bien tus palabras y empieza a hacer magia en tu mundo.