El humor es el Santo Grial de la comunicación. Los presentadores que además de transmitir con claridad y pasión logran que el público se ría son considerados grandes oradores. Sin embargo, la mayoría de discursos que oigo son serios y los presentadores no se atreven o no saben introducir humor. Arrancar sonrisas del público no es nada fácil para la mayoría de presentadores. A todos nos gusta el humor y nos reímos con los chistes o la bromas de los demás, pero esto no significa en absoluto que tengamos la capacidad para hacer reír a los demás. Es decir, reírse y hacer reír son dos cosas muy distintas.
La pregunta que muchos oradores se hacen es ¿Qué tengo que hacer para que el público se ría?
Todos conocemos a personas que son muy chistosas y tienen una facilidad extraordinaria para hacer reír a los demás apenas sin intentarlo y también conocemos a otras personas que son muy serias (que no está reñido con ser amable, cercano y amigable) y que no arrancan una sonrisa ni que se lo propongan. ¿Cuál es el secreto para hacer reír al público? Poner ciencia al humor y explicar exactamente qué tenemos que hacer para provocar risas no es fácil. Em mi libro “Las 3 Dimensiones de la Comunicación” (www.uptitude.es/libro) explico que hay más de 10 patrones distintos para provocar risas y cada presentador debe usar aquél o aquellos que se adapten mejor a su personalidad y a su forma natural de hablar. Algunos usaremos la ironía, otros la exageración y otros, como el humorista Pepe Rubianes, el lenguaje grosero.
Ricardo Moure tiene su estilo propio. Hace pocos días se celebró en la Sala Galileo de Madrid la final del concurso de humor Famelab en el que los participantes debían exponer un tema científico a la vez que buscaban la carcajada de los asistentes. El ganador de esta última edición fue Ricardo Moure que habló de los adipocitos y el efecto de las grasas en el cuerpo. ¿Cómo consiguió Ricardo ganar el concurso y arrancar más risas que el resto de los participantes? Te sugiero que primero mires el video de su monólogo y después leas algunos de los secretos de su éxito que apunto a continuación.
Los principales aspectos que Ricardo Moure utilizó encima del escenario para hacer reír al público fueron los siguientes:
Seguridad
Mostrarse seguro no hace ninguna gracia pero si no te muestras seguro nadie se reirá con tus bromas. La inseguridad genera nerviosismo en el público y hacen que se fijen en tus nervios y en tu forma de actuar en lugar de relajarse y disfrutar de tu discurso. Ricardo Moure derrocha seguridad y confianza desde el momento en que pone el pie en el escenario. Esa seguridad se aprecia en sus movimientos corporales y en su tono de voz que va desde el susurro hasta los gritos. Otro detalle sutil que muestra su seguridad son las pausas que hace un sus primeras frases. Un presentador nervioso hablaría rápido, pero Ricardo hace una pausa de varios segundo para que el público se ría tranquilamente.
Este monólogo es un buen ejemplo de la importancia de la puesta en escena en los discursos humorísticos: el discurso cambia radicalmente en función de nuestro lenguaje corporal y nuestra voz (nuestro tono). En otras palabras, si las mismas bromas se hicieran con otro tono de voz y con otra escenificación no serían graciosas. El mismo chiste contado por dos personas distintas cambia. El primer paso de la puesta en escena es transmitir seguridad y dominio de la situación desde el primer instante.
Empezar con humor
Una de las reglas de oro de los humoristas profesionales es hacer reír al público en los 10 primeros segundos de su intervención. Puedes mirar los monólogos del Club de la Comedia y verás como Leo Harlem, Dani Rovira y el resto de humoristas te hacen reír con sus primeras palabras. Empezar con humor sirve para sentar el tono y avisar al público que se relaje y que se prepare para reír. Esto es más importante de lo que parece. Si el público entra en “modo-risa” todas las pequeñas bromas harán gracia mientras que si está en «modo-serio» esas mismas bromas no harán gracia.
Ricardo, cuando sale al escenario, sin decir una palabra se pone a mirar al público y va señalando con el dedo como si estuviera contando. El público, que no sabe exactamente qué está pasando, se pregunta “¿Qué está haciendo?” y entonces Ricardo dice “Estoy contando gordos”. Risas garantizadas.
Patrones de humor
Ricardo Moure usa un estilo muy personal, y quizás poco habitual, que se basa no tanto en lo que dice sino en cómo lo dice. Estas mismas bromas escenificadas de otra forma no tendrían gracia. En su monólogo hay al menos 3 patrones distintos de humor:
- Reírse de uno mismo: cuando una señala sus propios defectos y se ríe de ellos (se mete con ellos por ejemplo diciendo “Qué gordo soy») siempre provoca risas. Ricardo se ríe de sí mismo usando la ironía al decir “Imaginaros que cogiéramos un trocito de mis michelines, si los tuviera” y también usando una descripción muy visual al decir “tengo este cuerpazo de portada de Men’s Health esculpido a base de spining y biomanán”
- Meterse con el público: Reírse de los demás es delicado pero reírse del público es especialmente peligroso y sólo funciona si se hace de forma muy natural, integrada en el discurso y de tal forma que se sobre-entienda que lo dices en broma. Ricardo mira a una persona del público que se está riendo y le dice “Ríete gordo, ríete” y automáticamente el público suelta una carcajada.
- Usar lenguaje grosero: El estilo personal marca la linea de aquello que es admisible decir encima del escenario. Yo hasta la fecha nunca he dicho una palabrota en ninguno de mis discursos de humor pero Pepe Rubianes se llenaba la boca de groserías y después decía “es que me caliento». Ricardo Moure se atreve a decir que “los adipocitos son unos cabrones que hacen muy bien su trabajo, estos hijos de la gran … son unos profesionales” y el público, entre el que se encontraba la princesa Leticia, no sólo se ríe sino que además le aplaude. Esto mismo disco con otro tono de voz hubiera resultado un comentario grosero.
Ricardo hizo un excelente discurso que le llevó a ganar el concurso Famelab 2014 y a darse a conocer a nivel nacional. El humor es importante en la comunicación y por eso es considerado el Santo Grial por los oradores. La buena noticia es que tengas más o menos facilidad natural para el humor es posible aprender las técnicas necesarias para hacer reír al público y en este artículo he apuntado algunas de sus claves. Atrévete a introducir una nota de humor en tu próximo discurso y verás como merece la pena.