“Lo importante no es ganar sino participar”.
¿Cuantas veces hemos oído esta frase después de participar en un concurso, en una carrera o en un campeonato y haber perdido?
Cuando tenía 10 años me dio por jugar al ajedrez y por participar en campeonatos. Mis padres me acompañaban ilusionados porque veían que tenía una afición que no consistía en darle patadas a una pelota ni en subirme a los árboles. Sin embargo, resultó que no era un pequeño Kasparov y nunca gané ningún campeonato.
Mis padres se acercaban y me decían “David, tranquilo, lo importante no es ganar sino participar”. Yo interpretaba esa frase como sinónimo de “has perdido y no tienes ninguna opción de ganar”. Siempre la había interpretado así hasta que hace poco conocí a Audrey Damas y su concurso StartUp School.
Audrey es directora de la Fundación Escuela de Emprendedores y su proyecto realiza formación en las escuelas para desarrollar el espíritu emprendedor de los jóvenes. El programa estrella de su fundación es el concurso StartUp School en el que participan equipos de 4 o 5 jóvenes de distintas escuelas de Barcelona para ver quien presenta el mejor proyecto de empresa. A cada equipo se les asigna un mentor que tiene experiencia en el mundo de la empresa y durante 6 semanas el equipo trabaja con la guía del mentor para definir su idea de negocio, confeccionar un business plan y preparar una presentación de 8 minutos para defender su proyecto en frente de un jurado. Yo tuve el placer de ser el mentor del equipo de chicos y chicas de la escuela Icària de Barcelona.
Mi equipo superó las semifinales y llegó a la final que tuvo lugar la semana pasado. Pero mi equipo no ganó el concurso. Yo miré a los 5 chicos a los ojos y les dije convencido “Lo importante no es ganar sino participar”. Me sorprendí a mi mismo porque esta frase había cobrado un nuevo significado para mi. Estaba convencido que lo importante no era ganar sino participar en la StartUp School porque, independientemente de si se gana, el premio es el aprendizaje que hay en todo el proceso. Los jóvenes aprenden a identificar una idea de negocio, a preparar un business plan, a trabajar en equipo y a presentar en público. Participar es el premio y ya me hubiera gustado que cuando yo era joven Audrey Damas hubiera venido a mi escuela para proponerme participar en un concurso como este.
La gran final en la que se presentaron 10 proyectos fue en el auditorio de La Salle y estaba repleta de empresarios, profesores, padres, alumnos y hasta de algún político. Me asombró ver el desparpajo con el que los jóvenes presentaron ante ese público numeroso y la gran creatividad que mostraron. Algunos de los grupos cantaron durante su presentación, otros tocaron la guitarra, un grupo montó una coreografía y todos los grupos presentaron con pasión y entusiasmo. Felicito a todos los jóvenes por las excelentes presentaciones que realizaron y les felicito aun más por tener las ganas de participar en el StarUp School y desarrollar un conjunto de habilidades que les serán extremadamente útiles cuando se lancen al mercado laboral. Seguro que a ninguno de estos jóvenes le faltará trabajo.
A mi me encanta trabajar con gente joven y el próximo año me apuntaré nuevamente como mentor. Y la verdad me dará igual si mi grupo gana el concurso porque “Lo importante no es ganar sino participar”.