Rafa Nadal, una leyenda del tenis que sigue en activo y que estos días está jugando el US Open en Queens (New York), tiene muchos fans que le persiguen y muchos periodistas que desean entrevistarle. Todo el mundo quiere conocer a Nadal y quieren saber qué le motiva, cómo entrena e incluso qué le gusta comer. Conocer a Rafa Nadal, al igual que conocerte a ti, no es tarea fácil porque hay muchos aspectos que conforman a una persona; tanto es así que necesitamos 4 visiones distintas de la persona para hacernos una buen idea de quién es en realidad:
- Visión de la Formación del Ser
- Visión del Ser Estático (Actual)
- Visión del Ser Dinámico (Actual)
- Visión del Ser Futuro (Cambiante)
Cada una de las 4 visiones del Ser nos sirven para conocer la persona desde un ángulo distinto, y la suma de las 4 visiones nos permiten entender a la persona en su conjunto. Si quieres conocerte bien a ti mismo, te invito a explorar estas 4 visiones de tu Ser que describo a continuación. Un alto auto-conocimiento es un paso de gigante para identificar los cambios que necesitas realizar para estar satisfecho contigo mismo y con tu vida.
1. La Formación del Ser
Somos la suma de genética y experiencias (ambiente). Esta es una combinación inseparable porque no puede entenderse una persona sin las circunstancias y el ambiente que le han rodeado durante su vida. La misma genética en un ambiente distinto se hubiera transformado en una persona distinta.
Por un lado, la genética determina nuestro temperamento innato (el neuro-científico Richard Davidson habla de un perfil emocional con 6 rasgos biológicamente observables) así como nuestras capacidades potenciales, nuestro físico, nuestra salud y un sinfín más de elementos que van a condicionar nuestra vida. Por otro lado, el entorno hace el resto. La cultura en la que nacemos, los padres que tenemos, la educación que recibimos y hasta el aire que respiramos son el entorno que condiciona las experiencias que viviremos y el potencial que llegamos a desplegar. Dos personas nunca serán iguales porque tienen una genética distinta y porque vivirán experiencias distintas.
Los primeros años de vida son críticos en la formación de quién acabaremos siendo y, como describió Jean Piaget, hay periodos sensibles en nuestro desarrollo teniendo un peso muy grande la infancia. Ahora bien, incluso una vez superados los 20-25 años cuando ya han terminado de madurar todas las estructuras cerebrales, el ser sigue formándose porque las experiencias que vamos viviendo, y la intencionalidad con la que las vivimos, nos van cambiando y moldeando. Entender como una persona ha llegado a ser quién es, es decir como le han influenciado su genética y sus experiencias, es esencial para poder comprenderla.
2. Ser Estático (Actual)
Esta es la visión del ser más habitual. Cuando queremos conocer la persona que tenemos en frente le preguntamos su nombre, su edad, su formación, sus aficiones y, si estamos en un proceso de selección, le pediremos que realice un test de personalidad para conocer los rasgos principales de su comportamiento. Esto nos da una foto (estática) de quién esa persona en ese momento concreto y nos permitirá identificar elementos de los 6 bloques que la conforman:
- Memoria (vivencias clave y conocimiento acumulado)
- Patrones de pensamiento, emocionales y de comportamiento
- Valores y Creencias
- Capacidades (8 inteligencias de Gardner y otras capacidades)
- Cuerpo (aspecto físico, salud, energía vital)
- Motivaciones (aquello que nos impulsa a actuar y cambiar)
Este esquema presenta estos 6 bloques del ser y, en un próximo post, describiré en más detalle sus componentes.
3. Ser Dinámico (Actual)
Tener una visión más dinámica del ser ayuda a entenderla mejor; una foto estática no es suficiente. Los patrones de pensamiento, los patrones emocionales y los patrones de comportamiento que he descrito como uno de los bloques del ser estático capturan los procesos mentales que nos llevan a pensar, sentir y actuar de la forma que lo hacemos. Ahora bien, existe otro modelo mucho más útil para entender ese dinamismo interno del ser humano y comprender las tensiones que vivimos todos nosotros en nuestro interior: por ejemplo, queremos ir al gimnasio pero nos quedamos en el sofá (hay un diálogo interno con el que intentamos auto-convencernos) o sabemos que deberíamos comer sano pero nos comemos un donut y eso nos da placer momentáneo aunque después nos hace sentir mal.
El modelo que nos ayuda a entender el ser dinámico y sus tensiones es el de los 3 seres:
- Ser Ejecutivo (pensamiento lógico, toma de decisiones complejas, definición del yo ideal)
- Ser Autónomo (patrones aprendidos, hábitos, reacciones emocionales)
- Ser Externo (comportamiento, acciones, comunicación, cara que mostramos al mundo)
En el post “Los 3 seres que explican quién eres” se aborda la importancia de estos 3 seres que viven en nuestro interior y el papel que juegan en la toma de decisiones contribuyendo a esas tensiones internas.
4. Ser Futuro (Cambiante)
Comprender a una persona también pasa por entender hacia donde quiere ir, es decir, que sueños tiene y que motivaciones le impulsan. El bloque “Motivaciones” del ser estático recoge esta dimensión de la persona, pero su importancia es tan capital que conviene hacer un zoom para fijarse en esas fuerzas internas que nos empujan a cambiar y a ser una persona distinta a quién somos hoy (o al menos un poco distinta). Hoy no eres la misma persona que eras ayer.
Uno de los roles del ser ejecutivo (el ser pensante y racional) es definir un «yo ideal” que tenemos como referencia interna y que nos guía para ir haciendo cambios en nuestra persona para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. Esta es una de las principales motivaciones que existen en nuestro interior, pero no es la única. Hay otras motivaciones que hacen que nos lancemos a crear una empresa, a cambiar de pareja, a querer ser más abiertos, más amables o a ponernos en forma. Querer cambiar y hacer proyectos es el punto de arranque sobre el que el ser futuro se catapulta; pero además, para conocer a ese ser futuro, hace falta conocer si será capaz realizar los cambios, es decir, si sabe planificar, si tiene fuerza de voluntad, si mantendrá el compromiso y, si finalmente se produce el cambio, si será duradero en el tiempo o algún saboteador interno le hará volver al punto de partida.
En un post futuro veremos cómo podemos abordar el cambio más importante que nunca haremos en nuestra vida: cambiarnos a nosotros mismo. Me despido con las palabra de Mahatma Gandi que nos recuerda «Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo».