El uso de las manos al hablar en público

El uso de las manos al hablar en público

1/10/2015

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Las manos son uno de los elementos principales de nuestro lenguaje corporal y la forma de moverlas juega un papel determinante en la puesta en escena de nuestro discurso. Algunos mueven las manos sin parar, otros las esconden detrás de la espalda o las ocultan en los bolsillos, unos pocos las mantienen muy quietas a los lados y muchos sujetan un bolígrafo o incluso un dedo de la otra mano. Debemos tomar consciencia de cómo usamos nuestras manos porque una mala puesta en escena puede arruinar nuestro discurso

Nuestra expresividad corporal está íntimamente ligada a nuestras emociones. Un simple gesto puede provocar reacciones airadas o, por el contrario, calmarnos y hacernos sentir cómodos. Nuestras emociones se controlan desde el subconsciente de nuestro cerebro, no son fruto de una decisión consciente y racional. Es decir, no piensas “ahora me voy a enfadar” sino que simplemente te enfadas. Al mismo tiempo, desde pequeños hemos aprendido a interpretar un sinfín de gestos y expresiones y, al igual que las emociones, los hemos codificado en nuestro subconsciente. Nuestros gestos hablan directamente al subconsciente de nuestro público y tocan sus emociones.

¿Eres consciente de cómo mueves tus manos al hablar?

Usar bien las manos es a la vez simple y complejo. Es simple porque no es difícil dar las pautas para usar adecuadamente las manos. De hecho, en el libro “Las 3 dimensiones de la comunicación” explico que debemos aprender a dejar las manos quietas al lado del cuerpo (posición de reposo) y, sólo cuando nos sintamos cómodos en esa posición, empezar a mover las manos realizando movimientos de acompañamiento o realizando gesticulación expresiva con signos, dibujos o imitaciones. Pero también podemos afirmar que usar las manos es complejo porque pequeños gestos que realizamos de forma inconsciente pueden generar emociones no deseadas en la audiencia. En este sentido, existe un aspecto crucial que suele pasar inadvertido: la posición de las palmas. Cuando hablas ¿muestras las palmas, muestras el anverso o señalas con el dedo cómo Bill Clinton?

 Si alguien te señala con el dedo te puede intimidar y ciertamente estará transmitiendo autoridad e imposición. Por el contrario, mostrar las palmas significa transparencia, humildad y cercanía, mientras que mostrar el anverso de las manos significa poder, autoridad y supremacía. Cada situación requiere usar las manos de una forma determinada. No siempre hay que ser humildes y cercanos sino que a veces conviene ser autoritario. Al usar nuestras manos debemos pensar y prever la interpretación que realizará nuestra audiencia y qué emociones generaremos a los miembros del público.
Te recomiendo ver el siguiente video (en inglés) en el que Allan Pease, profesor de Psicología en ULIM International University, explica por qué mostrar el anverso de las manos transmite poder y autoridad. Espero que después de estas reflexiones te fijes en tu forma de usar las manos al comunicarte y, en lugar de dejarlo al azar, consigas transmitir las emociones y sensaciones que te interese.

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